Tu pupila tan bella. Caricia adormecida
Que con ella me visto con ánimo amoroso.
Se parece al deleite, deseo caudaloso
Sumergida de esencia, por tu larga avenida.
Es mi piel la que llama. Marea contenida,
es remanso de besos tu arenal asombroso.
Busca siempre mi orilla, recodo bullicioso.
Estaré costeando la arena derretida.
Anhelando tus besos, sanaré tus heridas
Cuando encuentre tus manos a mi piel aferrada
Pero es sueño, lo sé; tu brisa recordada,
ha partido a otros cielos. Nenúfares dormidas,
me recubren el pecho, dándome la mirada
luchadora y alegre viviendo las partidas.
Amalia Lateano