ESA PALABRA....

Salió de tus labios,
la fatídica palabra,
y mis ojos aletearon,
se oscureció mi mirada.
Quedé silenciosa,
como si miles de manos,
rugosas y frías taparan mi boca,
impidiendo el grito de dolor.
Locos latidos, desbocados
caballos, cuyas heridas sangrantes
rezumaban aún, tambaleantes,
corrían dentro del pecho.
Clavé mi mirada agonizante,
en tus pupilas transparentes,
supliqué henchida de pena,
asomando el amor por toda mi persona.
Escuché tu voz desconocida,
cuyas palabras como garfios
encendidos, rasgaron y se hundieron
en las carnes ya abiertas.
Y supe que mi adiós,
duraría toda una eternidad,
supe que en mi corazón,
el amor acababas de matar.

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