...Son las cuatro de la tarde, hora en la que el sol esta en su pleno cenit, me dirijo hacia la playa, toalla en mano y bolsa colgada del hombro,
Tiene además varias utilidades, si hace demasiado sol te la pones delante y puedes leer tranquila,
..Las gafas de sol, imprescindibles para observar sin ser observada, si pueden ser de cristales ahumados mucho mejor, pero sino unas simples gafas de sol también son adecuadas.
Con todo este equipo sencillo, pero práctico ,casi ya estás en posición de avivar los cinco sentidos, y sin incitarlos también , ya que sin quererlo, oyes todas las conversaciones que se acumulan a tu lado , con lo cual tú , simple fisgona , solamente tienes que escoger el que más te guste.
....No sé yo porque a la gente le da el capricho de colocarse justo al lado de donde tú estas estirada tomando el sol.
Cuando llegas a la playa , observas, divisas y donde hay mas o menos un hueco te instalas.
Dejas a tu alrededor, unos cuantos metros, entre familia, joven solo ,o chica sola tomando el sol y tu body serrano .
Pero ¡ay! amigos, esto no sirve absolutamente para nada .
Si se acerca alguien, o bien una multitud de gente, van y se te colocan justo al lado ..casi encima , Así que a pocos centímetros puedes oír ,sus respiraciones, sus olores y ..¡como no1..sus conversaciones.
Aquí se centra tu atención , en esos momentos de incalculable valor ,en los que alguien te hace participe de su vida sin quererlo.
...Y la menda -- ¡Tomando nota ¡
Algo así me ocurrió hoy, yo estaba tranquilamente leyendo un libro, eso si..¡ con sol de justicia! Aunque la verdad es que era bastante interesante.
En un momento determinado, cuando la protagonista de la historia. Una chilena que se aventura por la ruta de los buscadores de oro,... algo entorpece mi atención...
...son cuatro familias de mujeres recién paridas, con cuatro bebes de no mas un mes,.
.... empieza uno de michelines incipientes y curva de la felicidad ídem, a remover la arena dando formas circulares, con el consiguiente levantamiento de área y expulsión, justo encima de la hoja del libro que yo estaba leyendo.
¡Vaya jodienda , pienso ¡
.Después de múltiples maniobras, queda claro que el de los michelines incipientes le gana la partida a otro que lleva “un slip” demasiado apretado para sus dimensiones.
Así el campamento queda establecido, pero la cosa no acaba aquí sino que es el principio del tormento para la pobre sufridora, que soy yo.
Como las caravanas allá por el lejano oeste ,a continuación llegan las jóvenes recién paridas, sus cuerpos esta aún deteriorados por el posparto ,y aunque intentan disimularlo con bañadores elásticos ,se les nota su tripita aun sin volver a su sitio.
Llegan en procesión ,cargadas con sus niñitos en sendas tumbonas. Arrastran también las misma bolsas ,a las que yo hacia mención antes, pero estas cargadas de pañales, biberones y otros utensilios añadidos a la época que les ha tocado vivir.
Colocan las toallas con una algarabía poco corriente, los cuchicheos de..
-¡ hay que ver que niños mas pequeños,!
Intentando colocar los cuatro bebitos en las dos sombrillas,
-¡cosa imposible digo yo!
Pero allí los colocan.. pareciendo un trébol de cuatro hojas, las mamas alrededor, claro ellas ¡al sol! !
Al final quedan de acuerdo el cincuenta por ciento, todo esto amenizado por los lloros de unos bebes que se achicharran de calor, y que se preguntan que hacen allí a la sombra de dos sombrillas e dispuestos en forma de trébol...
Así que sacan sus mamas turgentes de leche, y allí mismo sin ningún pudor, ni tan siquiera un pañuelito se deciden a darles de mamar.
Como tomando esta acción por algo natural . Y a la limón , mientras tanto, hablan de las cualidades de sus bebes, de sus experiencias en los partos, y finalmente ,cuando los bebitos se han calmado, comentan las ultimas peripecias de algún conde, o de tal pindonga que esta liado con no sé quien.
... los niños, pequeños sufridores, se despiertan, las mamás que aún ni se han mojado lo pies comienzan a insultar al de los michelines y vuelta otra vez al galimatías.
Como no se ponen de acuerdo, y los varones por aquello del hermanamiento, se unen a aquél a escuchar las carreras, las mujeres aprovechan para echar en cara aquello de ,
-¡que ayer no te levantaste cuando el niño lloraba! Y, que...
-¡ a quien se le ha ocurrido venir a la playa!.
Aquellos se pican en una discusión ahora casi a voces, y las mamás se levantan, cogen a sus bebitos y se marchan de la playa, quedando en el resto de la gente que observaba comentarios encontrados.
..¡.Y los bebes sin ver el mar! ,que era la primera intención de todos.
Los papás, nuevos papas de hornada, deciden darse un chapuzón ,mas que nada ante las miradas inquisidoras de los otros playistas, y recogen sus dos sombrillas y se alejan detrás de sus mujeres con la cabeza gacha.
Yo quedo anonadada por la escena.
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Published on e-Stories.org on 06/16/2005.
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