Jona Umaes

No puedo dormir

          Son las 4am y no puedo pegar ojo, así que, antes que pensar tonterías y se pierdan en la noche, las escribo. Lo de “in the night” me ha quedado guay, jaja, las palabras más manidas de la historia de la música. Aunque no son realmente tonterías, es una exageración exagerada. Estos últimos días de parón, me ha dado tiempo a observar muchas cosas y a pensar sobre ellas. Por empezar por algo, voy a desahogarme un rato con la televisión, concretamente con los telediarios. Voy apoyándome en dichos según suelto lastre.


 

“Los árboles no dejan ver el bosque”

 

          Esto se refiere a que te centras tanto en una cosa que pierdes la visión de conjunto. Puedes aplicarlo a cualquier faceta de la vida, pero hablando de las noticias, lo que quería decir es que todos sabemos que las cadenas siempre tiran hacia cierta ideología. Que no te engañen, no hay periodismo objetivo. Da igual que te muestren imágenes, te den datos, esquemas o hablen expertos, tan de moda ahora. Porque, si habla un experto, será que es verdad, ¿no? Pues no. Basta escuchar a otro sabiondo en la misma cadena u otra distinta, y dirán cosas distintas. ¿Ya se te han olvidado las noticias del COVID?. Es bien sencillo. Una cosa es la ley escrita, el dogma, lo estipulado, y otra cómo se interpreta. Habrá tantas interpretaciones como cabezas pensantes. Porque las personas somos todas distintas, y cada uno lo ve a su manera. La objetividad es un bien escaso. ¿O es que nunca has cambiado de médico de cabecera? ¿Hace falta que te lo explique? Pues igual pasa con los políticos, la justicia, etc. Me he ido por las ramas, hablaba de la televisión. ¿Te has fijado cómo compiten unas televisiones con otras respecto a la audiencia? Que si tantas semanas consecutivas líderes en informativos o programas de entretenimiento, bla, bla, bla. Al final, ¿qué son? Empresas. ¿Qué buscan? Dinero y audiencia indistintamente. ¿Qué hacen cuando alguien mete la gamba saliéndose del guion u obtiene malos resultados de audiencia? Patada al canto, que pase el siguiente. ¿Y en cuanto al contenido? ¿Crees que van a dar un titular que se salga de la “norma” o lo “comunmente aceptable”, según su forma de ver las cosas? No. Entonces, ¿piensas que lo que te están contando con imágenes y datos es la realidad o está filtrado/manipulado de alguna forma? Mira las noticias en distintas cadenas ¿Hace falta que te lo explique? Voy a terminar este tema expresando mi repugnancia ante la avalancha de noticias “advertimos de la crudeza de las imágenes”. Las noticias cada vez se parecen más a crónicas de sucesos, el morbo es lo que vende, y no solo vende, si no que, desgraciadamente, para algunas “pobres” cabezas seguramente sirva de ejemplo para sus fechorías, que en eso nadie piensa. Libre expresión, sí, informar, por supuesto, pero con cabeza, pero para algo la tenéis. Y todo esto, en horario de máxima audiencia.


 

“Lo que no te dan en casa lo buscas fuera”

 

          Ya sé lo que estás pensando. Es que no tienes remedio. Pero va a ser que no voy a hablar de eso, quizás de pasada. El otro día me puse a charlar con dos personas mayores, de pueblo. En los pueblos todo va más lento y llega más tarde. Es en las ciudades donde el tiempo parece volar. Me estuvieron contando de su familia a pesar de no tener ningún vínculo con ellos. Casi todos sus hijos (es genérico y no excluyo a nadie), se habían separado. Me decían que eso no ocurría antes, que era una pena romper familias, así como si nada, al poco de estar juntos. Que la gente no pensaba en los críos. Los tiempos cambian, y ¿qué ha cambiado? Unas cuantas cosas: móviles, internet, consumismo, valores, feminismo… Raro es ver ya matrimonios o parejas que sobrepasen los 20 años de convivencia en las nuevas generaciones. Incluso en la mía. De repente nos hemos vuelto muy frágiles. Todo se cuestiona y somos tan modernos que nos volvemos obsoletos al poco. Antes, de críos, éramos parecidos a los niños de África. Parece una exageración, pero era así. Jugábamos con palos, cuerdas, canicas, barro y artilugios de lo más simple que hacíamos nosotros mismos. También había juguetes, claro, pero 1 y no más para Reyes, y duraba y duraba. Jugábamos en las calles, niños y niñas juntos, sin miedo y hasta las tantas. Ahora, los críos están en las casas con las máquinas, enganchados, adictos y volviendo locos a los padres de tanto pedir cosas que apenas disfrutan porque se cansan al poco. A lo que iba, ¿qué está fallando para que las relaciones no duren? Yo diría que la globalización. Es tan fácil contactar con gente que es difícil centrarse. Empiezas a estar con alguien, pero la tentación está por todos lados. Aunque no busques, encuentras. Las redes sociales tienen ese inconveniente, a pesar de ser una herramienta muy útil. Nada es perfecto. Antes se tardaba mucho en emparejarse. Era un proceso lento y el círculo de amistades era el que era. Ese era tu mundo, muy reducido. Una vez conseguías pareja, poca distracción tenías con otras personas, salvo que tuvieras esa condición, que de eso siempre ha habido. La educación también influía y la mujer, en casa, mayormente, aunque no del todo, porque, en lo que yo he vivido, todas las féminas han trabajado fuera de casa, y entonces, no se hablaba tanto de feminismo. Otro tema es la igualdad de salarios y derechos, que está bien que se luche por ello. ¿Y qué se busca fuera que no tengas en casa? Pues lo que no te dé la otra parte y sea primordial para ti. Es tan sencillo como eso. Mientras antes lo identifiques, antes podrás decidir si la relación tiene futuro, porque, ¿a quién vamos a engañar?, la gente no cambia. Y si se esfuerza y lo hace, no te preocupes que será por poco tiempo. “La cabra que del monte es, al monte tira”. Todos los problemas vienen de querer cambiar a la gente. Si no puedes con ello y te supera, pues os separáis y punto. Si puedes llevarlo de alguna forma, ole por ti porque hoy en día eres una especie en extinción. La gente ya no “traga”, no aguanta los defectos del otro y hay tanta facilidad para conocer a otra persona, que piensan que no hay necesidad de pasarlo mal pudiendo estar con alguien “mejor”. O cambian de pareja al poco, o ponen cuernos a mansalva. Por cierto, los cuernos casi siempre son cosa de dos. Si uno busca algo fuera, es porque no recibe lo que necesita del otro. Puede ser por falta de comunicación, dejadez, desgana, monotonía o lo que quieras. Algo falla en la relación y se busca un escape. Basta con que la tentación llame a la puerta para caer. También están quienes, de por sí, tienden a ser  infieles, o hacen doble vida, pero no es el caso más común. Las nuevas generaciones piensan ahora de otra forma en las relaciones gracias a la tecnología. Todo ha cambiado y su nivel de resistencia a la frustración se puede decir que es 0. Si eres joven y estás leyendo esto, no te ofendas. Las generalizaciones no son justas, y seguro que tú no eres así, ¿verdad? ;-)

 

Son las 6:40am, tengo sueño y ahí os quedáis :-P

Hasta otra.

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Published on e-Stories.org on 11/13/2022.

 
 

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