Decadencia progresiva
Una lágrima lloró roja, latiendo en tu piel,
el aliento, azul, acariciando tu cabello,
castaño del magnánimo ardor,
sereno el día en las alturas,
victoriosas de la niebla.
El mar hizo a la sal hostil
con pesadillas en las venas
y de las noches los caminos.
Tres lustros respiró gris, alimentado de tu miedo,
el aire, púrpura, recorriendo tus huesos,
ennegrecido el milenio en la tierra,
sufriendo el siglo en la sangre,
derrotada por el poder codicioso.
Y la humanidad fracasa enmudecida
por la tempestad lluvia ríos arroyos
y a cada paso nada lo impide.
Autor : JOEL FORTUNATO REYES PEREZ